Eso sí el botín de guerra fue escaso por no haber no quedaban ni bocadillos para reponer fuerzas después de la batalla. Al menos pagaron en metálico el tributo de su derrota.
Como nos habíamos quedado algo cortos en el papeo se decidió continuar agrandando nuestros estómagos ya en nuestro territorio, más concretamente en la casa de Ramón y Gema, aprovechando para informarles de lo sucedido en Orihuela.
Aquí dejo unas foticos de la escaramuza
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